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Moleculas de tango

marzo 25, 2014

Eloy Prim

En una milonga que fluya las parejas se mueven en la sala como las moléculas de un gas: a pesar de que cada uno vaya a su gusto, reglas de espacio y de casualidad distribuyen a los bailarines de forma homogénea y, en promedio, ordenada. Sin embargo no es infrecuente notar (a veces independientemente del tamaño de la sala o de la densidad de personas en la pista) parejas que se amontonan en una parte del salón o en cambio áreas de la pista totalmente vacías. Aunque es lógico que cursos y talleres centren más la atención en la pareja a la hora de enseñar la dinámica del baile, una milonga es un ser vivo más complejo y formado por muchas parejas que interaccionan a la vez, y aprender a hacer parte del movimiento de este organismo es tan importante como difícil. Ya hace unos años hemos publicado nuestro breve vademecum «Consejos para bailar en espacios reducidos«. Ahora preguntamos una opinión a Eloy Prim, actual profe de nuestros talleres junto a Amelia Esparza. Esta su respuesta …

«Desde la propia experiencia, la circulación antihoraria ha sido un verdadero problema. El entendimiento como un organismo que se mueve casi sin conciencia está muy extendido y es, en parte, entendible. Este organismo, al principio asusta: muchas personas moviéndose a mi alrededor! Más allá de las reglas básicas como no retroceder o no rebasar una pareja por su «ángulo ciego», existen otras consideraciones a tener en cuenta. Un obstáculo predominante es la falta de control sobre el propio cuerpo y mi pareja, lo que dificulta la incorporación a este «órgano». También hay un fallo acerca del propio entendimiento de mi importancia en la circulación general, tomado como una responsabilidad, tan gravitante como ser buen guía/partenaire.

Otro error simple cometido en la pista son las coreografías de pasos aprendidos, lo que obliga a pasar por encima de otra pareja, si es que la coreografía así lo requiere. Ni hablar cuando suena una milonga o hay una veloz variación en un tango: volverse loco y hacer 435 movimientos en 12 segundos no es una opción recomendable ni para mi ni para los que tienen que padecerlo a mi lado. A veces, quedarse en el lugar, quieto, casi sin movimiento, es la mejor opción para esperar que se abra un claro en la pista que pueda aprovechar. Incorporarse a la pista de baile requiere valor en un principio y, sobretodo, humildad para dejar de ser uno y pasar a ser un todo con los demás bailarines, compartir el placer de formar parte de algo más grande, hermoso y artístico.»

Eloy Prim

5 comentarios

  1. Vaya tema complicado, me gusta que se hable de esto porque puede hacer que todos seamos mas conscientes cuando bailamos.
    Todos sentimos (creo?) que son los otros quienes nos estorban, van despacio, se paran, ¿ y este de donde salió si no estaba por aquí ? Nos dejamos llevar por la emoción, y como habitualmente disponemos de mucho espacio a veces nos animamos demasiado, bailamos mas grande o mas rápido.
    Yo por mi parte entono un pequeño «mea culpa», en este caso si es un problema de los que guiamos, a ver si además de emoción ponemos mucha atención.


    • Muy bien Jesus , me agrada tu humildad , tambien me ocurre lo mismo. Gracias por recordarme que muchas veces está el error en nosotros mismos .
      Abrazo
      Jose


  2. Esta bien que se comente este tema. Sobre todo por que después de leerlo y los comentarios, uno se puede ver reflejado en estas situaciones. Y por este motivo puede hacer que halla una reflexión y un propósito de corrección y mejora. Por mi parte, así lo haré. Un abrazo y mi enhorabuena por el post.


  3. Es verdad que el control del propio cuerpo, sentir el cuerpo, es realmente muy difícil, creo que es algo que requiere muchas pero muchas horas de vuelo, y una predisposición que nace de haber hecho muchas experiencias y muchos experimentos! Y si esto ya es difícil, sentirse parte del «cuerpo» de la milonga entera ni te digo … Está claro que hay que trabajarlo mucho, te puede aportar mucho y darte grandes satisfacciones … quizás talleres y clases orientados en este sentido puedan ayudar …

    Controlar el espacio es el punto básico, aunque sea en principio solo a un nivel de sentidos … Por ejemplo el tema de las parejas que se amontonan dejando media pista vacía no se suele asociar con gente que se lanza en virguerías descontroladas, sino a veces con situaciones donde el flujo se bloquea porque una o más parejas no se dan cuenta de lo que ocurre a su alrededor … Hablamos en este caso sobretodo de nosotros hombres, que tenemos la responsabilidad de conducir … No es posible controlar el espacio si bailamos mirándonos los pies, o si estamos tan concentrados en sentir cada rincón del cuerpo que los ojos se quedan «fuera de cobertura»!

    En teoría, como en una carretera, la distancia desde la pareja de adelante y de la de atrás tendría que estar siempre controlada. Bueno, luego si además uno consigue entrar en «empatía» sensorial con su cuerpo y con la pista entera sintiendo no solo con los ojos sino también con las emociones pues supongo que sea una sensación fantástica … Pero antes de centrarse en disfrutar uno mismo creo que hay que pensar en no obstaculizar a los demás, creo que es una regla de oro …


  4. Bueno …como nosotras solo podemos avisar con un ¡¡ cuidado !! o con un ¡¡ Ahy !! cuando ya nos ha golpeado la pareja más próxima y es un tema más del rol masculino …solo puedo sugerir un toque de humor,.. ponernos luces en la espalda de intermitencia para los adelantos, luces de marcha atrás para los que desandan y luces de frenada para los que se recrean en figuras. Y si aún así seguimos con el problema, ya tenemos al «presi» para que nos saque la libretita y multa al canto.



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